¿Tantas fotos, mamá?

Pues sí, soy fotógrafa y tener una cámara lista para disparar es un peligro para mis hijos 😂; al menos eso debe pensar mi adolescente.

Un millón de imágenes es poco y doy gracias a que tengo todo ese registro guardado. Las fotos para mí son un tesoro y no solo las posadas con excelente luz, sino también las espontáneas, las del día a día.

La memoria es frágil y gracias a estas, puedo recordar momentos bellos y no tan bellos. Me ayudan a conectar con los míos a través de las experiencias y situaciones vividas.

Y cuando veo fotos de mi hijo pequeño, siento que el tiempo se detiene por un segundo. Siempre les digo que el tiempo no perdona...

Pero algo que siempre me da pesar, es que nunca salgo en las fotos, soy la que siempre las toma en las fiestas, celebraciones o eventos. No tengo muchas fotos posadas o "lindas" como quisiera, ya que la mayoría son selfies, pero ahí estoy, atrás de cada imagen captada.

Y espero que algún día mis hijos digan: "Mi mamá está ahí, en esa foto, pues ella me la tomó con su mirada de amor".

¿Si soy una mamarazzi? CLARO QUE SÍ 😂.

Felizmente, mi adolescente ya entendió que es parte de mí y ya no lucha tanto... Y bueno, el más pequeño, pues sabe cuándo mamá toma fotos y colabora en la mayoría de las oportunidades.

Así que, así sea con la cámara del celular o una profesional, toma las fotos que quieras. No te preocupes tanto por la estética o la composición. La idea es que generes recuerdos y que estos creen momentos especiales a futuro.