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  • Foto del escritorKIARA

La silla vacía



Creo que ya hemos hablado (el año pasado de este síndrome) pero te lo recuerdo un poco…


“Cuando existe una pérdida reciente, ya sea de un familiar o de un amigo querido, la silla vacía en la mesa de Navidad puede intensificar la pena y hacer que nos enfrentemos con un cóctel de emociones complicado de digerir. El duelo puede ser especialmente duro cuando a nuestro alrededor hay una sensación de alegría colectiva y de celebración, unido esto a la presión y la sensación de aislamiento que a veces se experimenta por intentar estar “bien” y no amargarle la fiesta a nadie.”





Es entonces cuando se acaba padeciendo lo que se conoce como síndrome de la silla vacía, que se refiere al hueco que deja en la mesa la persona que ya no está.


Como saben, perdí a mi papá hace año y medio, que rápido paso el tiempo si lo cuantificamos. Pero en realidad, ha sido un tiempo muy duro, un tiempo de acostumbrarse a la pérdida, sobre llevar el duelo de la mejor manera posible y ser asertivo con respecto a lo que hablamos con los niños de la casa.





En mi caso, ha sido perder un pilar, mi caballero de armadura brillante y soporte emocional en todo sentido, literalmente me quedé sin un pulmón.


Papá, fue la figura paterna del peque desde que nació, su compinche de travesuras, de juegos y caminatas. Ha dejado un vacío tan grande en él que hasta la fecha, no lo ha podido salir del todo de ese hoyo en el que se encuentra.








Ahora verdad aparte, el enano siempre ha presentado esa melancolía navideña. Desde muy pequeñito por más regalos que hubieran debajo del árbol o si la familia estaba completa para la cena navideña, así que, se imaginaran como pasamos este año…



Todo empezó tranquilo, ayudó en la casa para preparar la mesa, pero estaba muy ansioso y aburrido. Conforme fueron pasando las horas, su humor fue mutando, al grado de aislarse y ni siquiera pasar las doce juntos en familia.


Nos fuimos antes de las doce (literal saben que mi casa a está a 2o pasos de la de mamá) y hubo una discusión que lo llevo al borde del llanto y que creo que fue justo y necesario, ya que así no más no descarga la pena.


Obviamente, el punto era la ausencia de papá…


El año pasado, cuando todo estaba más reciente, nos reunimos mis 3 hermanos y yo con nuestras respectivas familias para aliviar la pena y levantar a mamá. Todo fue más llevadero y realmente pero este año, no fue así y la ausencia de sus primos pues hizo que sintiera más esa silla vacía.


Realmente, fue devastador por un lado verlo así y por otro lado pues sentí un alivio ya que ese “mood” ya lo tenía varias semanas atrás. La tensión en casa fue agotadora, sumado a los exámenes médicos y los bimestrales. Realmente quería meterme en mi cama y no lidiar con la mega tormenta que se acercaba.


Sentí que realmente habíamos retrocedido miles pasos, a aquella época en la que explotaba de la nada y todo era un caos, con la diferencia que ahora está casi de mi tamaño.


Ser mamá soltera no es sencillo, más con temas así pero felizmente tengo armado un rol y trato de ir cambiándolo conforme veo el panorama.


El resultado de la noche buena… fue escucharlo decir que necesita ayuda… más ayuda de la que ya recibe.

Y en esas ando…


No, no fue una linda noche buena, no la que me hubiera gustado tener, pero es lo que hay y debemos seguir remando.


Por mí, por él, por la familia entera…


El 31 de diciembre, papá hubiera cumplido 71 años... un fin de año en la que la ausencia se marca aún más ya que siempre hacíamos fiesta y le esperabamos en casa con lo que mas le gustaba. La familia y grandes risas.

En esta época de grandes contagios y pérdidas de seres queridos, créeme que te entiendo a la perfección.


Pasarán los años y seguiré sintiendo que me quedé sin un pulmón, pero también sé que podemos aprender a llevar la ausencia y tratar de salir adelante…


Así que te dejo algunos consejos que encontré en la web y espero de todo corazón que encuentres esa paz si estás en la mis situación.






CONSEJOS PARA AFRONTAR LA AUSENCIA


Rodearse de personas cercanas

La primera Navidad es la más difícil y es importante no aislarse.


Romper con la monotonía

Dedicar tiempo a actividades que nos resulten agradables y estimulantes, es fundamental para mantener un buen estado de ánimo y la mejor forma de hacerlo es incluyendo cambios en la rutina con nuevas actividades o experiencias.


Tenerlos presentes y hablar de ellos

Las reuniones familiares pueden ser un buen momento para recordar a los seres queridos que han fallecido o que están ausentes.


Hay que hablar del duelo

Hay que romper con el estigma social que existe en torno a la salud mental y a sentimientos como la tristeza o el duelo.


Si es necesario, busca ayuda profesional

Aunque el síndrome de la silla vacía puede asociarse con simple tristeza, la realidad es que puede derivar en emociones más graves que realmente afecten a la salud emocional.

Por ello, es preciso prestar atención e intentar afrontar de la mejor manera este tipo de situaciones.

Durante los primeros meses tras una pérdida o ausencia es normal notar un decaimiento en el ánimo, pero cuando este se prolonga durante demasiado tiempo es probable que se necesite ayuda profesional para afrontar esta situación



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