Veo esta carita, cada vez que no entiende la clase. Cada vez que siente que no está a la altura en conocimientos en comparación con sus compañeros en temas matemáticos.
Lamentablemente, la educación que recibió en el colegio anterior, no se compara con este y aunque las clases son más exigentes, tenemos el apoyo incondicional de la directora y eso es un MEGA PLUS a todo esto.
A #LittleF no le "cuadra" las clases por zoom, se marea, se distrae y dice que no es lo mismo que ver la clase en la pizarra. Así que la interacción con sus compañeros es casi nula.
Seguimos teniendo problemas con todo lo abstracto y aunque hay técnicas, andamos avanzando poco a poco. Felizmente las evaluaciones son a base de sus fortalezas.
Y aunque es muy bueno en ecuaciones, las secuencias y analogías numéricas están siendo su talón de Aquiles.
Seguimos trabajando con las tablas de multiplicar al costado, su profesora se lo permite y el peque está encontrando estrategias para desenvolverse en las clases. Por ejemplo, está utilizando la memoria fotográfica para sacar el resultado de alguna raíz.
Ando en modo zen cada vez que toca mate, me siento a su costado y re-hago la clase, utilizando plumones de colores para resaltar ideas o ejemplos. Toma pausas estratégicas (antes de que los lápices salgan volando por los aires) para que la frustración que se puede ir presentando, baje.
Conversa con la profesora para que encuentren un punto medio, en donde el peque pueda aprender sin estresarlo. Sí, si se puede hacer una adaptación a la currícula desde casa, todo es cuestión de observar e intervenir a tiempo.
Kiara
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