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Ya no escribo más...

  • Foto del escritor: KIARA
    KIARA
  • 20 ago 2018
  • 4 Min. de lectura

En esta casita espacial desde ya hace unos años hay huelga de lápices. #LittleF no escribe por voluntad propia.

Por una lado es la mala postura que tiene al tomar el lápiz que lamentablemente no se le corrigió en el momento, ninguna miss lo mencionó y a pesar que en casa intentaba cambiarla, al llegar al cole seguía tomando la mala postura.

Por otro, el peque es Hiperlaxo y la escritura a mano puede ser agotadora y difícil, porque la laxitud de los ligamentos de las manos y la debilidad en los músculos de las manos y los hombros hace difícil sostener y mover el lápiz.

Hasta ahí tenemos dos puntos pero si juntamos el TDAH y el área emocional tendremos una razón fuerte para entender por qué mi hijo no quiere escribir más!

Al entrar a primer grado, mi pequeño Hulk se dio cuenta que las cortas horas en el nido se habían terminado, ya no habían más trabajos de rasgado de papel, embolillado (cosa que detestaba), las canciones para aprender y la paciencia infinita que tenía su profesora.

Descubrió otro mundo, uno en donde las profesoras son más exigentes, en donde las consideraciones no eran las mismas, en donde le repetía que si no trabajaba regresaría a inicial con los “Babys” y aunque sonara tentador por que le encantaba el nido no podía quedarse atrás, porque los compañeritos se burlarían de él.

Se topó con dictado continuo, con frases más grandes que tenían que ser copiadas desde la pizarra.

Conforme pasaba el tiempo, notaba que no avanzaba al mismo ritmo que los demás, que se cansaba más al escribir, que por más que se esforzara no llegaba a terminar todas las asignaturas y si lo hacía, no le salía la caligrafía que esperaban y le dejaban mil hojas de caligrafito para que mejorara, es decir un remolino de emociones para un niño de 6 años.

Pero lo que empeoró toda esta situación fue escuchar a sus compañeros decirle diversos calificativos como que era una tortuga, lento, caracol, bebito así como sentirse señalado por alguna compañera mientras le decía a la profesora en voz alta que #LittleF no había terminado y todos los demás sí.

Esto le causó mucho daño y lo peor es que al principio no ocultaba por vergüenza.

Cuando lo llevamos a la evaluación psicológica integral para ver que sucedía, ya que la profesora nos solicitó esta prueba, nos dimos cuenta del TDAH.

Ahí vimos que no escribía al ritmo que los demás por todos los puntos tocados más arriba si no que le costaba seguir el patrón de la pizarra, una lectura corrida con el problema de la memoria de trabajo (memoria a corto plazo). Cruzaba información, se distraía y cuando nuevamente enganchaba pues ya no se ubicaba en la pizarra, lo mismo sucedía con matemáticas y los resultados, los cruzaba si darse cuenta y siempre le ponían mala nota.

Cuando estuvimos conscientes de lo que sucedía y tomamos las medidas necesarias como solicitar la evaluación diferenciada , tácticas de enseñanza tanto en casa como en el colegio la cosa fue mejorando pero y este es un gran PERO la situación continuó hasta la fecha.

El chip que se creó en los 2 primeros años de primaria lo marcaron de la manera que tiene un mega escudo.

No quiere escribir como dice él “Para qué si igual mi letra es horrible y nunca termino a tiempo nada, prefiero hacerlo en casa contigo mamá, ahí estoy más tranquilo”.

Nosotros seguimos trabajando con él de a pocos y con la paciencia que nos sale que avece es mucha y otras pues hay que prender velas aromáticas para relajarnos

Así que ¿Qué sucede si ves que tu hijo no quiere escribir en clases?

Te dejo unos tips que nos funcionan a nosotros y que esperamos que te puedan ayudar.

  • Pueden hacer actividades en donde no esté necesariamente ligadas a la escritura, es decir, crear un juego y en que en algún momento tenga que escribir por ejemplo los nombres de los jugadores. Poco a poco verá que no es tan malo escribir y que es importante.

  • Si a tu pequeño le gusta dibujar y los súper héroes como al mío, puedes regalarle un cuadernillo especial con alguna tapa llamativa o que hayan creado juntos para que empiece su propio comic, si está familiarizado con el tema sabrá que en los cómics siempre se necesitará un texto aunque sea pequeño para explicar la escena.

  • Se puede reforzar el trabajo de “pinza” para fortalecerla posición de la manito para escribir.

  • Anímalo a escribir tarjetas de cumpleaños o cartas para los abuelos, tíos o amigos para ocasiones especiales.

  • Si llegara a irritarse por escribir pues podemos cambiar la situación con algún juego como El juego del tesoro, escribir recetas de galletas algo lúdico para asociar ese pensamiento feliz con la escritura.

  • Si son más pequeños la escritura no siempre tiene que ser con lápiz, una forma creativa para que los peques se interesen es enseñarles con diferentes elementos como piedras, plastilina, arena entre otros.

  • Buscar agarradores de lápices llamativos y cuadernos sombreados para que pueda identificar el renglón.

Ahora siempre recomiendo que si la falta de ganas persiste y hay una negativa fuerte ante ello, es mejor pedir una opinión profesional en el tema.

 
 
 

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