Han sido días largos e intensos...
Días de dolor en el alma, Días en el que sentí que no había hecho bien las cosas. Días en el que me senté en silencio al lado de mi hijo mirando el horizonte con miedo. Días en el que me sentí insegura de mi misma. Días en el que sentí que retrocediamos un año. Días que no dormí absolutamente nada. Días de preocupación por el ahora y ansiedad por el futuro. Días en el que quería abrazar a mi hijo eternamente y decirle que todo estaría bien. Días en el que busqué opciones y opiniones. Días de lágrimas aguantadas e impotencia. Días en el que agarre papel, lápiz y calculadora para ver si podría cubrir todo. Días en el que recordé cada mensaje de apoyo de parte de ustedes. Días en el que pensé en ustedes, en las situaciones que pasan con sus pequeños hijos y en lo valientes que son (ustedes me inspiran).
No es fácil y nunca lo será. Porque nuestros hijos crecen rapidísimo y sin manual. Lo que hoy te funciona, mañana tal vez no.
No es fácil pero no es imposible!
Porque ellos merecen un mundo mejor y ellos tienen que colaborar para lograrlo. Porque aunque ellos quieran hacerlo mejor, el impulso les gana y caen nuevamente pero tienen que recordar que como sus padres siempre estaremos a su lado para levantarlos.
Ayer él cayó y yo caí a su lado. Aún tiene que aprender mucho y yo también.
Solo me gustaría que el mundo que lo rodea aprenda con nosotros y aunque sé que es mucho pedir, no pierdo la esperanza de que las etiquetas no sean más que esos stickers que se ponen en los cuadernos y no las que le ponen a mi hijo.
*Porque una etiqueta no lo define como persona y tampoco define su futuro*
Quiero criar a un niño sano emocionalmente, quiero conservar ese corazón puro que aún late en él y quiero mostrarle que la vida puede ser maravillosa.
Yo siempre lucharé aunque por un minuto se me caiga el mundo encima, SIEMPRE LUCHARÉ un día a la vez!